Manifiesto ‘Mi religión es Amor’

En todas las grandes tradiciones, de Este a Oeste, la vida desde el amor se ve como una esencia y se expresa como amor por la vida. A veces se hace referencia al “respeto por la vida”, a “ahimsa, una relación no violenta con todas las formas de vida” o a la “religión simple del amor”. Y todo esto formulado en el lenguaje del corazón: un espíritu, una humanidad, un mundo, un cosmos. En toda diversidad hay unidad en todas las religiones: el amor.

Solidaridad

La religión del amor nos inspira, en este momento, en el aquí y ahora, desde la compasión, para conectarnos con y con todas las personas, con la flora y la fauna que nos rodean. Entonces podemos vivir de la solidaridad y la igualdad. A través de esta solidaridad damos sentido a nuestras vidas y tratamos conscientemente con el mundo, sus residentes y todas sus fuentes.

Duda

El amor habla el lenguaje del corazón. Desde el corazón experimentamos la creación y, por lo tanto, nuestra propia existencia, como un misterio: un misterio sobre el que nos preguntamos todos los días. En el lenguaje amoroso del corazón, el hombre es una flor en el jardín de la creación, una flor que participa en el misterio. El hombre tiene una conciencia creativa y, por lo tanto, es un creador. Hoy más que nunca somos desafiados para permanecer creativos y juntos en la “comunidad global”.

Encarnación

Todas las grandes tradiciones ven la encarnación como la gran misión espiritual. En el aquí y ahora queremos experimentar el significado de esta misión. La conciencia nos permite ser mejor persona. Con esta conciencia, comenzamos a buscar nuestra casa, nuestra fuente, un lugar, una ciudad, un país donde estamos espiritualmente acomodados. De esta manera encontramos el camino a la humanidad, la fuente del amor de dónde venimos.

Liberación

En las historias de las grandes tradiciones en la religión universal del amor siempre se trata del reconocimiento del hecho de que podemos vivir como personas liberadas y de que podemos contribuir a la liberación de todas las criaturas vivientes, personas y animales.

Respeto

La religión del amor es ‘respeto practicado para la vida’. Este respeto no solo se aplica a las personas, sino también a las plantas y los animales, a todo el mundo. Tiene un alcance cósmico. Expresamos la integridad física, mental y social de cualquier criatura en nuestro comportamiento.

Compasión

La compasión es la base de todas las tradiciones religiosas, éticas y espirituales. Cada vez que se nos pide tratar a todos los seres vivos como nos gustaría que nos trataran.

Defenderse

Vivimos en un mundo que no se corresponde con nuestros valores y estándares internos. La visión de un mundo armonioso y amoroso significa defenderse proféticamente del dolor y el sufrimiento, la pobreza, la explotación y la guerra. En lugar de mirar en silencio, alzamos la voz y nos comprometemos a tener la conducta correcta hacia toda injusticia y violencia contra todo lo que rompe y destruye este mundo.

Curación

En todas partes, las personas, los animales, las plantas y las situaciones esperan ser sanadas. El amor nos invita a buscar nuestro hogar espiritual. Buscar personas que estén con nosotros, que quieran ser creativas, que quieran trabajar en la realización del deseo compartido de justicia, paz e integridad. En nuestro compromiso, encontramos el camino hacia nuestra conciencia original, nuestras auténticas ganas y deseos, nuestra verdadera identidad.

Creación

El amor nos desafía a crear un mundo perfecto, amoroso y duradero juntos, como personas creativas, basado en la igualdad y el respeto. En este mundo, alcanzamos todo nuestro potencial como personas que no solo se aprecian mutuamente y unos a otros sino a todo lo que tenga vida. Esto lleva a un mundo duradero en el que confluyen nuestros valores comunes y estándares, nuestros anhelos comunes de amor, solidaridad y sinceridad.

Aclaración de la existencia

La religión del amor pide arraigarse en la vida, con una visión clara de nuestra propia existencia y la de los demás. Con esa visión clara, nuestro corazón se abre a lo que nos inspira, en la reflexión y la reunión, para contribuir a un mundo bueno, amoroso, humano y duradero.